lunes, 15 de agosto de 2016

Amiga Luna



Te he visto mirándome con detenimiento
con luces que te rodean por doquier
tú les hablas, no responden y entristeces,
eres reyna entre ellas pero sólo yo lo sé,
las luciérnagas silentes fueron hechas para ti.

Me llamas, pero el eco de mi respuesta
se pierde en la infinita negrura del espacio.
Brotan lágrimas tibias, plateadas,
crees estar en soledad.
Hay tanto que se mueve a tu alrededor
hay tanto al alcance de tus manos,
si tan solo pudieras escuchar mi consejo
advertirías la belleza que te niegas a ver,
una refulgencia renacería en tu mirada.

Pasas horas contemplando estrellas
pides deseos que quisieras cumplir
titilan ellas y  crees que te dan respuesta
sonidos que ni yo alcancé a percibir,
pero seré hoy el intérprete de sus destellos:
"Han dicho que vayas y actúes por tus sueños,
únicamente de ti depende que se vuelvan realidad".
¡Oh, pero olvidé que mi voz no puedes escuchar!

No quisiera estar nunca en menguante
porque es cuando tus ojos reflejan más dolor,
pero al volverme gibosa se merman tus penas
y cuando me ves llena pareces querer sonreír,
atrévete a hacerlo, permítete ser feliz.

Concédeme tú a mi la dicha de ver tu otra faz
que cuando ese instante llegue, tu mente se expanda
y te des cuente que aún en menguante
te estoy sonriendo y radiando mi luz,
qué te des cuenta que eres única,
qué así como yo entre millones de estrellas
resulto ser única para ti,
entre una vasta pradera de preciosos crisantemos
tu belleza de flor solitaria es singular para mi.