viernes, 19 de febrero de 2016

Maggie tiene miedo




Antes del anochecer con Maggie jugaba,
mirábamos las nubes mientras una melodía le canté, 
sobre un nuevo horizonte y un cielo más azul le platicaba
y que luego juntas, las estrellas podríamos contar.

¿Por qué en la noche siempre el mundo cambia?
Mis padres se ven inquietos y nerviosos cada vez que suena una fea alarma.
“El sonido del peligro” se dicen murmurando... no me quieren asustar
y es cuando el sótano, de pronto se convierte en un segundo hogar.

Maggie tiene miedo, yo la calmo con un beso y no la dejo de estrechar.
Es rutina, yo le digo, nada malo nos puede pasar.
Mi mamá fue por mi padre, pues se ha tardado en bajar
me indicó no me moviera, pero... los quiero ir a buscar.

El estruendo fue muy fuerte, tan fuerte que aquel ruido la luz apagó.
Pobre Maggie, ya no tiembles, que ya pronto saldrá el sol.

Mis brazos serán tu refugio, y con besos te confortaré.
Solo sueña y sigue soñando con vacaciones en primavera
que iremos con nuestros tíos a su cabaña de la pradera.

Hay algo que no te diré, que yo también estoy temblando,
pero mañana vendrán por nosotras y nuevos juegos te enseñaré.
Ya no llores, no estás sola, tan solo sígueme abrazando.


martes, 16 de febrero de 2016

Domitila y las Peras



En la espera él se quedó
¿las peras?, pocas llegaron.
Sus frascos para mermelada
ésta vez vacíos quedaron.

Desde aquí miro las tres restantes
y es que las lluvias se retrasaron,
pero que no se haga tontito
que él debió regar más ese arbolito.

Él me culpa por alumbrar casi al pie del peral,
dos tandas en los últimos cinco meses
primero fueron cuatro y ahora una quinteta,
de todos colores han salido mis gatitos.

Lucy y él dicen que no son mis amos
pero los quiero como si lo fueran.
Siempre me meten en una cálida caja
para protegerme de la lluvia y el viento.

Domitila me llaman todos,
la gata loca de la privada;
ése hetor así me nombró
por eso lo asedio por donde vaya.


lunes, 15 de febrero de 2016

La Inquietud de Tomasita

Nací cuando el verano ya se estaba despidiendo.
Domitila, mi madre, había anidado en un rincón del jardín,
expulsó nieve, fuego, plomo y brea aquella noche.

No pretendo confundirlos con lo que estoy diciendo,
nacimos los cuatro de colores diferentes,
"Tercia de machos y una hembra", dijeron al vernos.

El hetor no demoró en agarrar parejo repartiendo apodos.
Por mi negrura, él me "obsequió" el mote de Tomasita.
No me causó mucha gracia y me hice de oídos sordos.


Tres meses después mi hermano Little white fue adoptado
poco después fue el turno de Yellow one,
Dominic el gris fue el tercero en salir al mundo, pero yo...
Yo me quedé con mi madre y me convertí en su sombra.
Que por ser hembra y negrita no me pudieron colocar,
¿Qué tiene el mundo contra un minino con piel de pantera?

Y, entonces todo mundo me llamaba Tomasita.
Así fue por cinco meses hasta que...
Mi ama Lucy me dio caricias juguetonas una mañana y por fin,
por fin alguien abrió bien los ojos.

"Tomasita no lo es... es Tomás y nunca vimos bien",
Con sorpresa fue a dar el aviso, y nadie lo podía creer.
La confusión me había provocado cierto repudio hacia los humanos.
Pero el ámbar en mis pupilas hoy ya brilla de felicidad.

Ahora ya vivo jubiloso pues no solo me apodan Tommy
sino que sigo siendo querido y aceptado por mi madre
ella no sabe de prejuicios y no le importa lo que he crecido

Ahora soy el guardián de mis nuevos hermanitos
mientras ella va y pasea yo con gusto soy centinela...
Si alguna vez me miran, no lo olviden, soy el gato Tomasito.