lunes, 9 de julio de 2018

Woody de Toy Story y su trágico final


Bitácora de caminata:

Día 9 de Julio de 2018.
10:44 a.m.

El calor ha dado una breve tregua y aunado a la temperatura ambiental se ha nublado un poco y sopla un viento ligero pero fresco que por momentos llega desde el oeste. Pese a eso, cuatro kilómetros me esperaban y a la mitad ya iba sudando bastante.

A la mitad del ejercicio (que por esta vez sustituye a la carrera) me topé con una ladera que de seguirla lo conduce a uno a un diminuto arroyo de aguas negras, que a decir verdad no lucen tan negras ni huelen mal (todavía) o a menos que mi sinusitis no me deje captar bien los olores perversos circundantes. Sí, lo que hay es algo de basura en este punto; y justo aceleraba el paso con tal de conseguir un paso que resultase menor a once minutos el kilómetro, cuando casi tropecé con el cuerpo del famoso Woody, el vaquerito protagonista de la maravillosa trilogía animada conocida en todo el mundo como Toy Story... Bueno, creo estar seguro de que lo es, pues no le quise tocar, no quise moverlo ni voltearlo para ver lo que le quedaba de rostro y así identificarlo, porque evidentemente no lo tenía completo (juzgue usted en la imagen adherida). Pero, ¿y si no fuera él? ¿Y si otro muñeco por diversión o imitación usó ese vestuario como disfraz y estuvo en el lugar equivocado y con las personas incorrectas? No, todo hace indicar que sí es él.

Pobrecillo, sí que me dio pena ver que terminara de ese modo. Miles de ideas locas se me ocurrían al verle ahí, de cómo pudo haber llegado a ese trágico final. Tan sólo me atreví a tomarle esta fotografía que dejaré aquí pegada en este registro. Sobra decir que me marché de ahí con el corazón apachurrado, pensando en lo que más probablemente le haya sucedido al célebre muñequito:

Verte así y tirado mientras iba caminando…
¡Oh, pobre Woody, ya tu vida terminó!
Seguramente el niño te pilló hablando
terrible susto le diste y por eso te asesinó.

Fin del reporte.

P D.
Lo encontré en esa posición y repito: no lo toqué. Y... Olvidé llamar al 911.

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